La formulación de un modelo alternativo
La necesidad de modificar de un modo mucho mas sustancial de lo que se ha hecho hasta ahora el modelo neoliberal aplicado en Chile demanda la formulación de un modelo alternativo.
Los ejemplos de las consecuencias sociales del modelo económico neoliberal muestran la necesidad de modificarlo de un modo más sustancial que lo que se ha hecho por parte de los gobiernos post dictadura. Todo ello en función de la realización que una sociedad más democrática, menos inequitativa y más preocupada de la defensa de su capital básico, que son sus recursos naturales.
La primera modificación es de tipo conceptual. No se trata de abandonar la economía de mercado. Hoy día es la única viable, tanto en el plano nacional como internacional. Pero sí, se trata de reubicarla en un contexto que permita corregir las desigualdades que produce el mercado y su despreocupación por los problemas del mediano y largo plazo. Este contexto comprende cuatro elementos complementarios:
•El mercado, que debe conservarse como elemento de orientación y de sanción de las actividades económicas.
•El Estado, que debe fijar las grandes orientaciones del desarrollo y corregir los efectos negativos del mercado.
•La negociación social entre actores bien organizados, que debe ser el parámetro esencial para definir los objetivos y las modalidades del desarrollo.
•Un sistema de seguridad social, que garantice a cada ciudadano derechos mínimos en materia de acceso a la salud, a la educación, a la vivienda y a una previsión digna para cuando no pueda más trabajar.
En segundo, tampoco será necesario abandonar la orientacióna hacia la exportación como uno de los ejes esenciales del crecimiento, pero estas exportaciones tendrán de orientarse con mucho mayor intensidad que hasta ahora hacia manufacturas y servicios y menos hacia materias primas y recursos naturales. Estas dos últimas categorías constituyen, aún en 1994, más de los dos tercios del valor total de las exportaciones chilenas.
Los neoliberales confunden la estrategia de crecimiento basada en las exportaciones con la apertura económica indiscriminada y abrupta. La apertura es necesaria, pero debe ser selectiva y gradual y apoyándose, muy fuertemente, en las exportaciones industriales.
Ni Chile, ni ningún país latinoamericano puede ser competitivo en todas las ramas de la economía. Por ello, es esencial que se formen instituciones gubernamentales de marketing y evaluación de las tendencias internacionales, a efecto de detectar, en íntima relación con la empresa privada, nichos de mercado en el campo internacional y poner en marcha políticas industriales y comerciales apropiadas.
Debe desecharse la idea favorita de los neoliberales que la integración en los mercados internacionales debe lograrse de acuerdo con las ventajas comparativas actuales. Como lo señala muy bien el economista José Luis León, de la Universidad de Columbia: "Si el Japón hubiese confiado por completo en esta estrategia, sus exportaciones actuales serían artesanías, pescados y mariscos, y tal vez sake; si Taiwán y Corea del sur se hubiesen atenido a sus ventajas comparativas, sus exportaciones actuales serían caña de azúcar, productos tropicales y, tal vez, ron. Es tiempo de entender que el mercado no va a ser por sí mismo lo que nosotros no diseñemos en políticas de desarrollo y comercio internacional, deliberada y estratégicamente orientadas. Aún cuando la tentación de utilizar los recursos naturales y la mano de obra barata como ventajas en el mercado internacional es grande, ni unos ni otra pueden considerarse como ventajas competitivas a largo plazo".
Un punto esencial para prolongar la competitividad chilena en el mercado mundial será terminar con la confusión entre el desarrollo basado en las exportaciones y las políticas de desprotección y apertura radical.
La tercera modificación esencial de una estrategia alternativa al actual modelo neoliberal es la reforma del Estado, no sólo en su tamaño, sino también en su concepción, sus estilos y técnicas administrativas, sus mecanismos de reclutamiento y ascenso y su relación a los diversos sectores de la sociedad.
Se trata de desarrollar un Estado austero, eficiente y con claro concepto de sus responsabilidades en el mediano y largo plazo. Deberá, por un lado, defender eficazmente el patrimonio de los recursos naturales del país, malgastados de una manera criminal hoy día, como hemos visto anteriormente, por el desarrollo neoliberal. Deberá, por otra parte, promover un sistema de seguridad social que, sin ser burocrático, garantice en forma eficiente el acceso a la salud, a la educación, a la vivienda y a la previsión, particularmente a los sectores más postergados de la sociedad (el tercio de los más pobres).
Deberá, en materia de formación de recursos humanos, recordar que el éxito logrado hoy día por los nuevos países industriales de Asia está asociado a un nivel de educación secundaria de calidad, extensiva a toda la población y no profundamente discriminatorio, como es el actual modelo existente en Chile. Deberá saber establecer los vínculos entre el sector público, el sector privado y el universitario de formación e investigación, que es básico para la modernización y el desarrollo.
En materia de facilidades a la inversión extranjera, deberá tener en cuenta que las empresas multinacionales, al menos en los sectores más productivos y rentables, buscan algo distinto de los salarios bajos y los recursos naturales abundantes, definidos hoy como nuestras principales ventajas comparativas. Una redefinición en este sentido tendrá de aceptar que una mejor infraestructura, una eficiente red de telecomunicaciones y transportes y una mano de obra capacitada, gracias a altos niveles de educación formal e informal, serán la mejor manera, no sólo de atraer capitales extranjeros, sino también de lanzarse hacia un desarrollo con cimientos para el largo plazo. Mientras la inversión extranjera productiva no llega en la proporción deseada, la inversión especulativa en portafolio favorecida, en gran parte, por la acelerada liberalización de los mercados financieros está a la orden del día y ha colocado a algunos países en una situación de extremada vulnerabilidad frente al exterior, como es el caso hoy día, de México. La crisis mexicana, extendida a todo el resto de América Latina, se explica principalmente por la volatividad de los capitales que, por muchos años, ha captado la región. Los US$ 62 mil millones colocados por inversionistas internacionales en Latinoamérica hasta 1994 son uno de los factores que más desestabilizaron las economías regionales, puesto que, en buena parte, son capitales especulativos que se retiran rápidamente cuando se avistan problemas. Sólo US$ 1 de cada US$ 3 que, hasta hace poco, ingresaban a las economías locales se destinó a inversión real. Los otros US$ 2, según Ricardo French-Davis se perdieron en la demanda agregada, desplazaron ahorro interno, presionaron el cambio y estimularon el consumo de productos importados.
Estos son, además de muchos otros, algunos de los aspectos a considerar en un modelo alternativo de desarrollo al actual modelo neoliberal.
Jacques Chonchol, engenheiro agrônomo, foi perito da Organização das Nações Unidas para a Agricultura e Alimentação (FAO) entre 1957 e 1961, período em que efetuou várias missões na América Latina. De 1964 a 1969 dirigiu o Instituto de Desenvolvimento da Agricultura (Indap) por indicação de Eduardo Frei, então presidente da República do Chile. Participou da fundação da Ação Popular Unificada (Mapu), que integrou a União Popular, responsável maior pela eleição de Salvador Allende. A partir de novembro de 1970, passou a ocupar a pasta da Agricultura do novo governo. Foi diretor do Institut des Hautes Études de l'Amérique Latine, em Paris, onde, em 1994, concedeu entrevista ao editor de Estudos Avançados, professor Alfredo Bosi, publicada no número 21.
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