viernes, 21 de mayo de 2010

Cuenta Pública Piñera 2010: Populismo en cadena nacional


De corbata roja y sobre un Ford Galaxy descapotable se le vio hoy a Sebastián Piñera rumbo a su primera “Cuenta Pública”. Acompañado del ministro de interior Rodrigo Hinzpeter, llegó al Congreso Nacional, donde a pesar de la inasistencia de los ex presidentes Bachelet, Lagos y Aylwin, no se escatimaron palabras de elogios para los mandatarios que administraron tan bien el modelo económico heredado de los Chicago Boys.

Si bien en el espacio televisado en cadena nacional se debe dar cuenta del estado administrativo y político del país de acuerdo a lo establecido en la constitución de la República (cantidad de dinero en arcas fiscales, reservas, deudas etc.) en este caso, el discurso se centró en promesas en torno a 7 ejes delincuencia , crecimiento económico, empleo, , salud, educación, superación de la pobreza y más democracia.

La crítica que ya se deja ver del ala concertacionista versa con que es imposible llevar a cabo todo lo ofrecido con un presupuesto nacional cuya porcentaje destinado al gasto social ha sido recortado en regiones tras el terremoto.

Peor aún muchos de sus anuncios van más allá de los 4 años de gobierno que le corresponden, con lo que se saca pesos de encima, pues habló de resultados a obtener en 10 años más, especulando como ya es costumbre.

Una hora y cuarenta y nueve minutos duró la puesta en escena del magnate presidente, quien con un discurso de corte populista, intentó dejar conforme a una nación en que el descontento social crece, a pesar de que este no se haya demostrado a la fecha con todas sus fuerzas en las calles. Reflejo de ello, la baja concurrencia de ciudadanía a la movilización en las calles porteñas.

Llama sin duda la atención, como Piñera poco a poco va haciendo un robo simbólico y de discurso de la izquierda. Sus equipos visten de chaquetas rojas, prefiere él también el mismo tono de corbata para un acto tan importante como es la cuenta pública y junto a ello, lanza frases durante su exordio como que “Estamos regidos por la soberanía del pueblo y un estado de derecho”.

Descripción que no deja de ser falsa, siendo que decisiones soberanas de los pueblos de Chile y sus territorios que en muchas latitudes se oponen al desarrollo de proyectos extractivos de materias primas y destructores del medioambiente, no son respetadas.

Y es que un presidente de Chile no puede andar hablando para engatusar, este debe cumplir su palabra empeñada y si habla por tanto de “patriotismo y lealtad” de que la soberanía reside en el pueblo, pues debiese brindar las garantías mínimas necesarias que hagan que la voluntad popular sea quien haga carne su séptimo eje, la profundización de la democracia.

El Ciudadano

*En desarrollo


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