Colegas:
Otra vez estamos en un momento difícil. Más difícil que otros. Enfrentados a una respuesta del gobierno que no nos satisface y ni se acerca siquiera a las expectativas que tenemos como profesores conscientes que sólo organizados en un gremio podemos mejorar nuestras condiciones laborales y vitales. (Nuestro trabajo está imbricado con nuestra vida). Creo que el modelo dominante, no sólo es un modelo económico y político sino también social y moral. Es un modelo que se disfraza de tecnicismos y aparentes éxitos, pero que en más de 30 años de implementación en nuestro país sólo ha generado más desigualdad social, más concentración de la riqueza y menos participación política, es decir, menos democracia. Esto en una perspectiva global. Ahora si hablamos del magisterio, el panorama es más desalentador aún; más frustración docente, más inestabilidad laboral, y más y más mercado educativo. Y en el plano individual, el sello del neoliberalismo: Consumo ergo sum. Personas de segunda categoría cuya única señal identitaria es tener deudas, y convencidas que sólo el emprendimiento individual permite alcanzar las metas materiales y espirituales. Del sentido de solidaridad social y del sentido de lo colectivo y lo público…. sólo fósiles ideológicos o utopías izquierdistas pasadas de moda. En resumen, si sumamos estas dimensiones, tenemos que los gremios o sindicatos en Chile están en un momento de crisis, en un momento de declinación.
Ese es el escenario donde debemos actuar los profesores que aún creemos en la unidad, organización y lucha gremial como única forma democrática de alcanzar el prestigio profesional y la relevancia social que tuvieron los docentes de antaño.
Es lamentable observar que en nuestras últimas elecciones la abstención aumentó. Es triste constatar que los colegiados somos proporcionalmente menos, es angustiante mirar como la maquinaria de control absoluto sobre el quehacer docente está en movimiento seguro y avalado por combustibles que vienen del mundo académico y político.
¿Y qué haremos ahora, después de rechazar una propuesta del MINEDUC que más bien es una declaración de guerra?
¿Una movilización, un paro, pegar carteles, ir a los medios de comunicación, hablar con la clase política, informar y concientizar a los colegas, sensibilizar a la opinión pública, exigir al Directorio Nacional una reacción efectiva?
¿No creen que es un repertorio o arsenal ya conocido y usado?
Sólo hay que mirar la LEGE ya aprobada y en vigencia, y la Deuda Histórica, cada vez más histórica, y los tribunales con demandas por bonos SAE, y las camufladas modificaciones al artículo 72 del Estatuto Docente y para que seguir…
Pero…
Nunca los trabajadores hemos recibido regalos de las clases dominantes, todos los derechos construidos como profesores que han mejorado nuestras condiciones laborales sólo fueron posibles gracias a movilizaciones y protestas.
Nuestra historia magisterial es parte de la historia política de Chile. A los primeros les tocó luchar por cobertura y metodologías, a otros por derechos políticos perdidos en dictadura y a nosotros nos toca luchar contra un sistema hegemónico que avanza por todos los intersticios de la trama social y psicológica, nos toca enfrentarnos a un enemigo hipertrofiado y de múltiples tentáculos y en un contexto de disgregación social y de desprestigio del profesorado que nos deja perplejos buscando una respuesta.
Respuesta que no puede ser otra que seguir creyendo en los sueños, seguir siendo quijotes del cambio social, en ningún momento eludir nuestra indelegable responsabilidad de constructores de ciudadanía y democracia, de intelectuales transformadores de la realidad. Responsabilidad que tenemos como dirigentes y como colegiados, de seguir resistiendo la marea avasalladora, y de nosotros empezar a generar una incipiente marea de Pedagogía Crítica y Transformadora que muestre que hay otro camino, que hay otro mundo, que no se llama Mercado, que no se llama Estandarización Educativa, que no se llama SEP. Otro mundo cuyo nombre es Educación Pública que si puede y debe contar con la participación protagónica de todos nosotros, los profesores y profesoras de aula, nosotros los que más sabemos de Educación… no de “calidad” de educación… sino de verdadera educación… no la educación para el trabajo sino la educación para la vida.
Colegas no podemos hacer otra cosa….
A Luchar y a defender nuestro metro cuadrado como decía Paulo Freire, única manera de amplia ese metro cuadrado.
A crear nuevas formas de seguir existiendo como profesionales y como gremio, con la dignidad y el prestigio que nos pertenecen como los artífices de la nación que somos. Si es necesario debemos reconstruirnos nosotros o reconstruir el gremio, pero la indiferencia o apatía no son nuestras compañeras.
Recordemos que los que luchan no luchan por ser libres… ya lo son.
Atentamente
MARCELO HERRERA OÑATE
DIRIGENTE REGIONAL
COLEGIO DE PROFESORES SEXTA REGIÓN.



No hay comentarios:
Publicar un comentario