El saludo de Michelle Bachelet y Cecilia Morel en Nueva York, el pasado 20 de septiembre, fue algo más que protocolar, porque se congratularon mutuamente por los acuerdos políticos y sociales, particularmente en torno a la nueva ley de post natal.
Fue durante el gobierno de Michelle Bachelet que constataron el aumento de las licencias médicas de las madres por enfermedad de hijos menores de un año, y el enorme gasto estatal en financiar estos subsidios de incapacidad laboral, por esta razón, la disminución del gasto en licencias médicas para las madres se convirtió en un desafío político, tanto para la Concertación como para la Alianza, claro que lo presentaron como aumento del post natal.
El acuerdo parlamentario en torno a la ley que pronto se promulgará con bombos y platillos incluye un nuevo artículo en el código del trabajo y del estatuto administrativo, que es la ley laboral de los funcionarios públicos, para crear el “post natal parental”.
Este nuevo “post natal parental” implica que la trabajadora tendrá 12 semanas adicionales a las 12 semanas del post natal actual, en total 24 semanas, con la posibilidad de que las 12 últimas se pueden transformar en 18 semanas si es que la trabajadora opta por volver a trabajar en media jornada.
Pero lo que no se ha dicho, es que se modifica el decreto con fuerza de ley 44 que fija las normas de los subsidios de incapacidad laboral, en otras palabras se restringe el uso de licencias médicas para madres con hijos menores de un año que estén enfermos graves.
No es efectivo que esta nueva ley de “post natal parental” implique una preocupación por la salud de los recién nacidos, sino que importa una preocupación por recursos del estado que ahora se limitarán por las restricciones a las licencias médicas de los hijos menores de un año.
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