De la varilla a la pastilla
Silvia Espinoza Hernández
Movimiento Politico Inquietando Desde el Margen
inquietandochillan@gmail.com
Según los manuales oficiales, el Trastorno de Déficit Atencional (TDA), un problema de adaptación que debe presentarse antes de los 7 años de edad, consiste en la desatención, hiperactividad e impulsividad. Diversos estudios confirman que esta sido cuestionado en su definición médica, ya que no existe claridad ni prueba diagnóstica del supuesto sustrato biológico que subyace a la enfermedad (Timimi 2004). Se suma a esto que el instrumento más utilizado por centros de atención primaria, consultorios y escuelas para diagnosticar TDA, es el Test de Conners, no ha sido adaptado a Chile, por lo que existen evidentes dudas de su confiabilidad aplicada a una población diversa y con condicionantes culturales y psicosociales muy diferentes a la de los países desarrollados. (Fristad, Weller, Weller., 1992;1995).
El Ritalín, Aradix o Metilfenidato, un estimulante del sistema nervioso central utilizado como tratamiento para estos casos, tiene una estructura molecular similar a la anfetamina y actúa en el cerebro de la misma forma que la cocaina, segun la médico Nora Volkow, directora del Nacional Institute on Drug Abuse de EE.UU., que en sus investigaciones concluye que ambos químicos agudizan el lapso de atención a corto plazo, sin importar si media un diagnóstico de TDA y que, además, el Metilfenidato permanece en el cerebro un período más largo que la cocaina (1955).
Comprender la facilidad con que se naturaliza la psicofármacologia en niños/as durante su etapa escolar podría ser algo complejo. En Chile se incorpora el TDA como una Necesidad Educativa Especial (NEE) desde que entrara en vigencia en 2010 el DL 170, lo que implicó pasar de una subvención de $51.138 por niño, a una de $141.746 por cada niño diagnosticado con alguna NEE. En 2012, esta cifra se eleva drásticamente a 28.095. En la octava región se pasa de 1.492 a 6.001 casos. Por otro lado, datos del Instituto de salud Pública (ISP) revelan que la importación de Metilfenidato a Chile correspondía en 2008 a 149,3 Kg y en 2011 la cifra se eleva a 297,4 Kg.
¿Será el TDA una enfermedad o un síntoma social?... acostumbrar a niños a medicarse para rendir de acuerdos a estándares impuestos por una sociedad obsesionada con mecanismos de medición, podría terminar adiestrando a sujetos a adaptarse a regímenes competitivos y de alta autoridad. Los psicofármacos promovidos no fomentan la autonomía, la identidad, el respeto a la diferencia ni mucho menos la creatividad, sino que son la respuesta de un sistema educativo que poco ha variado en profundidad: en el último siglo hemos transitado de la varilla a la pastilla. Urge abrir un debate ético como sociedad, cuestionarnos como adultos responsables y asumir un rol más activo en la educación de nuestros niños y niñas, cuestionarnos qué nivel de relaciones humanas estamos desarrollando, si estamos realmente mirando a nuestra primera infancia como sujetos integrales o aún vemos objetos incompletos, si estamos dando respuestas metodológicas y de contenidos a una generación que nos desafía permanentemente… ¿o seguiremos sintiéndonos amenazados por ellos?.
Publicado en diario "La Discusión" de Chillán del 05 de marzo de 2013





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