sábado, 8 de marzo de 2014

Destronque forestal: Resistencia mapuche en el fundo El Canelo



Cinco meses de control territorial llevan comunidades del lago Lleu Lleu en el predio de la japonesa Volterra. El martes último los comuneros resistieron un violento desalojo, desatándose una ofensiva comunicacional que ha generado un incremento de la presencia policial en la zona.

Por Zenen Vian, desde Wallmapu.
 
Comuneros mapuche destroncan eucaliptos en el fundo El Canelo. De esta forma preparar el terreno para sembrar. 













"Un pequeño grupo de delincuentes". Este discurso ha sido la estrategia utilizada por el gobierno y Carabineros para criminalizar los procesos de recuperación territorial que distintos Lof y comunidades mapuche en resistencia desarrollan en en el cono sur de la provincia de Arauco. El último hecho ocurrido en el fundo El Canelo, ocupado por 5 comunidades ribereñas al lago Lleu Lleu, da cuenta no sólo de una táctica añeja y obsoleta, sino que intenta ocultar el trasfondo del problema. Más allá de los 7 carabineros que resultaron heridos en el mediático enfrentamiento (que la policía disfrazó de emboscada), el desconcierto de las autoridades es resultado de los frutos obtenidos por un movimiento mapuche autónomo cada día más fuerte, consolidado y decidido hacer frente a las empresas forestales: las grandes responsables del conflicto.

El enfrentamiento del martes último sólo vino a consolidar un proceso que se desarrolla desde hace ya cinco meses. Fue el 12 de octubre de 2013 cuando las comunidades José María Calbul, Segundo Yevilao, Lorenzo Lepín y Esteban Yevilao, ingresaron al fundo El Canelo. Paralizaron la faena e iniciaron un trabajo de recuperación, tanto productiva como cultural. A un costado, donde en antaño circulaba el estero (hoy seco por efecto de los eucaliptos) se levantó el guillatúe para el desarrollo espiritual y junto a él, se diseño una cancha de palín que obligó el destronque de los eucaliptos cosechados por la empresa forestal Volterra, la propietaria legal del predio.   

Al cumplirse 17 días de ocupación del terreno, se sumó al proceso la comunidad Francisco Millabur. "Cuando se inició la recuperación se zanjó en la necesidad de sumar a todas las comunidades sin tierra que opten por la lucha de la resistencia y la reconstrucción. Esta señal de unidad permitió que se incorporara una nueva comunidad a este proceso de recuperación, entendiendo que lo elemental es la reconstrucción de nuestro territorio, sin caer en divisiones serviles al estado y a las empresas forestales, nuestros verdaderos enemigos", explicarían las comunidades mediante un comunicado público difundido en aquel entonces.

El fundo El Canelo posee una extensión de 800 hectáreas, ubicado entre las localidades de Tranaquepe y Choque, en la comuna de Tirúa. El día del desalojo, los comuneros trabajaban en el destronque de eucaliptos. La idea es sembrar el terreno y, lentamente, ir recuperando las aptitudes agrícolas del predio. En eso estaban cuando irrumpió carabineros, según relataron en un comunicado. "Estando los comuneros solamente provistos de sus herramientas de trabajo, a eso de las 11 horas fueron atacados por carabineros, quienes disparando balines y perdigones intentaron desalojar el lugar. Incluso prendieron fuego en uno de los cercos. Como consecuencia del ataque, un menor de edad resultó herido con perdigones en su pierna". 

"Lo que preocupa en el gobierno y en el poder económico es la idea de reconstrucción que existe detrás de los procesos de recuperación territorial. En perspectiva nuestra gente, sobre todo los jóvenes, muestran un mayor nivel de maduración ideológica. Eso explica lo ocurrido en El Canelo. Las comunidades no están disponibles para ser reprimidas y violentadas, por eso la autodefensa ya es un acto legitimado y validado por nuestro pueblo", subraya el werkén José Huenchunao.

La situación que ocurre en el fundo El Canelo se da en un contexto de esquizofrenia comunicacional lideraba por El Mercurio y sus medios asociados, que día a día han llenado sus páginas con "radiografías sobre lo que ellos denominan "violencia mapuche". "Han dado a entender que aquí existe un grupo de delincuentes que se oponen al desarrollo. La pregunta de fondo es de qué tipo de desarrollo estamos hablando.Las empresas forestales, que ocupan dos tercios del territorio de Arauco, sólo han generado pobreza y desastres medioambientales en nuestro territorio. Ahí están las tierras erosionadas y su correspondiente impacto en el tema agrícola y las fuentes de agua que ya no existen. Cuando hablamos de reconstrucción, hablamos también de recuperar nuestra espiritualidad que va, intrínsecamente, ligado a la tierra y el agua. Ese es el fondo de nuestra lucha, que a su vez es una propuesta para la humanidad", añade Huenchunao.

La guardia forestal

Desde diciembre a la fecha son cerca de 200 los efectivos de carabineros que se han incorporado a los cuarteles de Cañete y Tirúa. Es recurrente observar en la ruta que conecta ambas comunas, patrullar vehículos policiales de otras ciudades del país. A eso se suman carros blindados y el apoyo de la Policìa de Investigaciones. La presión de las empresas forestales motivó al alto mando de Carabineros, dirigida en Bío Bío por el general Iván Bezmalinovic, a remover terreno en el sector de Lleu Lleu para instalar una base policial  no vio luz verde, momentáneamente, gracias a la resistencia y rechazo público ejercido de las comunidades de la zona.

Aún así en Antiquina (sector ubicado 5 kilómetros al norte de Lleu Lleu) funciona un retén móvil de Carabineros el que ha sido reforzado con carros blindados y efectivos del Gope. El porcentaje mayor de uniformados está al resguardo de predios forestales, cuyo contexto también es invisibilizado en los discursos oficiales tanto del gobierno como por los medios de comunicación: la extensión del Decreto Forestal 701.

Desde 2012 que el gobierno de Sebastán Piñera intenta, infructuosamente, sacar adelante la extensión por otros 20 años del Decreto Ley 701, que bonifica la plantación de monocultivos de pinos y eucaliptos. La industria aspira a duplicar el número de hectáreas con monocultivos exóticos, creciendo de 3 a 6 millones de hectáreas. Consolidado el modelo, ahora la intención es incorporar al negocio a pequeños y medianos propietarios, entre ellos comunidades mapuche. Es aquí donde se explica, asegura Huenchunao, la ofensiva comunicacional hacia las comunidades en resistencia.

"La mayor demanda territorial en Arauco está dirigida hacia las forestales. Esto argumenta la criminalización hacia las comunidades que han optado por la práctica, es decir por ocupar los predios de las forestales y avanzar en procesos de recuperación productiva y espiritual. Nuestra gente está más informada y no cree en el cuento del desarrollo que se le impuso en los últimos 20 o 30 años. Ya conoce la nocividad de los pinos y eucaliptos y no sólo eso, sino que ideológicamente reconoce la necesidad de recuperar el territorio y desde ahí resistir y reconstruir nuestro Wallmapu. Esa es la contradicción de fondo", sentencia.

No sólo en El Canelo soplan vientos de resistencia. Lo mismo ocurre en Huentelolen, donde comuneros ocupan desde noviembre el fundo Rihue Alto de propiedad legal de Bosques Arauco. Lo mismo ocurre en Lleu LLeu, Pocuno y Cura Paillaco, donde las comunidades también mantienen procesos de recuperación productiva en predios forestales.

Se acerca el otoño en Wallmapu. El Canelo sigue resistiendo al igual que el bolle instalado en el guillatúe, aquel árbol sagrado símbolo de la espiritualidad mapuche. La naturaleza, sabía, lentamente recobra su orden. Arauco ya no tiene pena.

Comuneros mapuche juegan palín al interior del predio controlado.




1 comentario:

  1. PUTA QUE ANDAN PERDIDOS LOS NEO - IZQUIERDISTAS CHILENOS APOYANDO A LA "NUEVA MAYORIA" Y SU SEUDO RECUPERACIÓN DEL FUNDO EL CANELO, JUSTO AHORA CUANDO LLEGA BACHELET? , PARA QUE SE LO COMPREN PAGANDOLES MILLONES A VOLTERRA Y DE PASADITA A LOS NEGOCIADORES LES CAERÁ ALGUNA COSITA POCA....

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