miércoles, 7 de septiembre de 2011

El lucrativo negocio de administrar empaques…

El lucrativo negocio de administrar empaques… Santa Isabel lo conoce
Por J. Cabrera Molina y R. Dresdner




I Parte: “Su propina es mi sueldo”

Comprar hoy en día se ha facilitado gracias a la expansión territorial de las grandes cadenas de supermercados, que cambiaron el quiosco de la esquina por un aparatoso establecimiento comercial. El personal, siempre dispuesto y servicial suscita un ambiente agradable y de buena atención. El cliente, como consumidor, está en posición entonces de disfrutar de estos buenos tratos que se amoldan a una calidad de vida asequible, consumista y gratificante. Desde el cordial saludo al pesar el pan hasta cuando un joven deja instalada la mercadería en el auto, estamos conscientes que es nuestro poder adquisitivo el que nos traslada a esta favorable posición.


El camino de la propina

Privar al empaquetador de una propina, no es de buen gusto. La chapita clavada en la camisa piqué “Su propina es mi sueldo” termina por convencer hasta al cliente más tacaño.

Estos jóvenes estudiantes corresponden al nivel superior de educación. Trabajan jornadas de cinco a seis horas diarias en las cuales en promedio recolectan entre ocho mil a trece mil pesos por concepto de propinas. El horario y asistencia es flexible.

El trabajo: empaquetar en bolsas de nylon la mercadería del cliente. En algunos casos deben devolver los canastos de compra ya usados, a la entrada del local y recolectar carros abandonados en los accesos y pasillos interiores, al igual que aquellos en misma situación de los estacionamientos. La idea es facilitar la compra del cliente, único impulsor de la actividad comercial.

La empresa busca mediante estas prácticas ajustarse a las necesidades del cliente y en definitiva, conocerlo. Santa Isabel, la más exitosa red de supermercados de Chile, divulga orgullosamente en su eslogan, esta importante tarea.

Pero la cadena alimenticia del tan rentable mundo del Retail, no se encarga directamente de los empaquetadores. Puesto que traspasa a otros peces gordos la tarea administrar externamente a los empaques.

Estas empresas, cuyo giro es la “operación y gestión de empaques” dejan bastante que desear desde el punto de vista administrativo. Cobran a sus trabajadores una cuota diaria por laborar, quienes además deben costear la vestimenta y en ocasiones pagar productos extraviados en caja.

Esta administración, entre comillas, se encarga en la práctica de; cobrar semanalmente la cuota diaria, aparte de solucionar personalmente inconvenientes, los que son mínimos, entre el establecimiento y empaquetadores y por último telefonear esporádicamente al estudiante que debe sortearlas como coordinador.

Escarbar en el mundo de las empresas de servicios transitorios (EST), como es el caso. Se entorpece significativamente por la falta de individuos a quienes dirigirse. Tal como un mito, parecieran estar dirigidass por seres sobrenaturales o extraordinarios.

El ejercito de empaquetadores por otra parte, poco o nada saben del destino de aquella cuota surgida desde sus propinas y que día a día recolecta el coordinador, que más tarde hace llegar al supervisor externo que lo visita semanalmente.


En la registradora

No empacar más de 3 botellas de bebida de litro y medio en la misma bolsa. Nunca lograrás introducir un paquete de confort de 16 rollos en una bolsa. Los quesillos en bolsa aparte. La control caja no debe ver como sencillas los billetes que aprobleman el vuelto de las cajeras. No debes apoyarte en el mesón de la caja registradora demostrando cansancio. Pelo bien tomado y dentro del jockey, prohibido usar aros colgantes, en el caso de las damas quienes pueden usar maquillaje siempre que sea sobrio. No se permite comer en el mesón. Si bebes agua, el vaso plástico o botella debe ser revisado por el guardia, quien con un sello de seguridad permite su tenencia dentro del local.

El baño para uso de la clientela es el vestidor de los empaques. Los casilleros para uso de la clientela, son los casilleros utilizados por los empaques. En el caso del Hiper LIDER Concepción, nos encontramos con un feo cajón de 90×120 cm de diámetro, con 80cm de fondo, fabricado de madera. Resguardado por dos fierros retorcidos que las hacen de aldaba.

El coordinador se diferencia de sus compañeros por la polera o casacón. Que con un color distinto cambia el membrete de estudiante por el de coordinador. Su sistematización es apremiada con el no pago de la cuota diaria. Del total recolectado en la semana, que más tarde entrega al supervisor, puede cargar con dinero algún celular que le sirva para coordinar vía telefónica los horarios y jornadas con sus compañeros.
El monto que reciben los supervisores de mano del empaque cada semana es variable. Acción por la cual no proporcionan de vuelta recibo alguno. Lo mismo ocurre con su sueldo, el que puede ser tanto semanal como quincenal. Y que no está estipulado en un ningún contrato de trabajo, puesto que este documento no existe entre el empleador y el.

Los empaquetadores deben aprender a congeniar sus estudios con estas labores. Que debido a su flexibilidad de horarios y las pocas aptitudes que exige, siempre encontrará jóvenes dispuestos a ejercerlas. Agrandando el círculo vicioso que da vida a empresas como S.O.E.U.S, Tipper, ADUS, ORAES, EURES, Servipro, ADEES, Everest y GDE, esta última propiedad de Cristian Aris.


II Parte: Gestión y Desarrollo Empresarial en Concepción

Supermercados Santa Isabel y Homecenter Sodimac (Sociedad distribuidora de materiales de construcción). Ambas del consorcio empresarial Cencosud S.A. (Centros comerciales sudamericanos). Son provistas de estudiantes empaquetadores, en la octava región, por GDE (Gestión y desarrollo empresarial). Empresa administrada desde Santiago por Cristian Aris. Michimalonco 1040 Santa Isabel Michimalonco, en la comuna de San Pedro de la Paz es un destino ya conocido tras iniciada la investigación. Representativo local dentro de la cadena de supermercados y escenario de un sin número de malas prácticas que dejan en evidencia la falta de fiscalización laboral en el mundo del Retail.

Nuestra visita al establecimiento, rutinaria y motivada esta vez por la prometedora conversación que sostendríamos con Miguel Ángel Altamirano, delgado del Sindicato inter-empresas de trabajadores empaquetadores de la región del Bio bio. Coincidió con la, para nosotros, oportuna visita de Matias swett, gerente nacional de supermercados Santa Isabel y Celso Mellado, gerente de zona del mismo establecimiento.

La alerta de Miguel se encendió. Notificándonos que el alto señor de cortavientos azul, era don Matías. El afable saludo que ofrecimos a tan simpático hombre y a un costado del comedor express. No mereció una respuesta que aclarara a cabalidad nuestra duda. ¿Existe algún vínculo entre Santa Isabel y las empresas administradoras de los empaques? Ante la negativa del señor Swett de entablar conversación. Y como única respuesta por otra parte, optó por presentarnos muy afectuosamente a Don Celso Mellado. A quién volvimos a exponer la duda. Sin embargo y antes de dejarnos terminarla, interrumpe con un rotundo ¡Ninguno!

 No existe ningún vínculo comercial – me señala.

 Entonces ¿con GDE ustedes no tiene ningún vínculo?

 ¿Cómo a ver…?.

 ¡Con GDE! volvemos a consultarle, ¿ubica GDE?

 Sí, donde trabaja ehh… Cristián Aris.

 Sí, le afirmamos y volvemos a consultarle ¿ustedes tienen algún vínculo con él?

 No, cla… ehhh y ¿pa´que lo que es esto oye?.

Le explicamos. Agrega que tenemos que hablar mejor con Cristian Aris. Con quien dice no tienen vínculo alguno. Tras lo cual saca del bolsillo interno de su chaquetón una BlackBerry y extrae desde sus contactos el número de Aris. Con la propósito de otorgárnoslo. Lo cual hace a continuación.

Luego confidencia que el vínculo existe y es comercial. Añade que Santa Isabel no entrega ni un peso a GDE y a la vez que confían en que ellos harán un trabajo eficaz.

Al exponerle las faltas por nosotros conocidas. Cómo las de Patricio “Patito” Sáez, sin mencionar el nombre y apellido claramente y con ánimos de resguardar a la fuente. Le contamos que existe un cajero Pick-time en Santa Isabel (Michimalonco) los fines de de semana y es empaque en Santa Isabel (San Pedro del Mar) los días de semana.

Se exalta y a continuación exclama, ¡Lo desconozco! Misma respuesta obtenimos al mencionar la presencia de menores de edad trabajando cerca de nosotros. Disfrazados con poleras piqué anaranjadas con el membrete “estudiante nivel superior”. Cuando en realidad Magnolia, como se llama la miss 17, recién tramita su nivelación de estudios.


Del mito al hombre

De vuelta con Miguel, quien nos recibe con una noticia.

– Recién se acaba de ir el cobrador. Estaba almorzando en “Doña Isabel”. En alusión al patio de comidas express. Hombre prácticamente mitológico y difícil ubicar.

Luego, en el mismo lugar conversamos con Matias, el es estudiante y empaque, trabaja en dos Locales de la misma cadena. Michimalonco y el de calle Freire nº 455 en Concepción centro. Nos entera de un altercado ocurrido hace algunas semanas en Freire, entre el “Jano” y unos guardias. Su relato motiva a incluir hoy en nuestro itinerario una visita a “Jano” como lo llaman sus cercanos. El se encontrará durante la tarde trabajando como empaque en el Hiper LIDER Concepción, en avenida Arturo Pratt nº 651.

Al llegar al local, unos minutos más tarde nos encontramos con un temeroso coordinador al cual nos disponemos a preguntarle por Jano se niega a hablar. Excusando su negativa con la visita del supervisor que se encuentra a nuestras espaldas. Sin saberlo, nuestro recorrido el día de hoy ha coincidido con el de él.

El supervisor resultó ser un hombre y no mito, es joven, estudiante de leyes, pelo liso medianamente largo y ojos saltones. Accede a hablar con nosotros.


Intervención divina

“Esta figura la tiene todo el Retail” usa como justificativo Don Celso Mellado. Frente a la intervención de las empresas administradoras como GDE. “Alguien los tiene que administrar, porque la administración no es gratis” se excusa mientras Matías Swett se adentra y pierde entre los pasillos del establecimiento.

Esta intervención administradora es innecesaria. Y así lo ha comprobado Supermercados Versluys. Empresa regional del rubro de la “venta de alimentos y bebidas”. En donde sus empaques, todos mayores de edad, ingresan a trabajar previo a una selección llevada a cabo por la administración del local. Que comprueba su situación como estudiante regular.

La vestimenta es proporcionada a ellos y a todos los demás trabajadores, por la empresa. No existe contrato de por medio. No existe un coordinador. Los horarios y jornadas los compatibilizan entre ellos mismo. Pagan una cuota que no supera los $600 (pesos) y es destinada al “carrero”. Turno rotatorio a cargo de apilar los carros del estacionamiento, imposibilitado entonces de recibir dinero por concepto de propina.

Le comentamos la situación de Versluys a Don Celso. “Es una idea inteligente sin duda”. A lo que prosigue algo harto del interrogatorio:

- ¿Pero cuál es el problema? ¿El cuestionamiento es que gana mucha plata?… ¿Qué pasa si se les cobran $ 100 (pesos) estarías preocupada? – Si aquí el problema es de los jóvenes que dejan que esto ocurra. Nos dice tratando de resumir su parecer. Cuando en realidad son las cadenas de supermercados las que les abren las puertas y facilitan su actuar.

Tal como Celso Mellado lo corroboró. “En Santa Isabel prestamos las instalaciones para que exista una relación comercial. Nada más”. Relación que desde hace cuatro años ha sabido sostener Cristian Aris. Un sujeto con voz de niño. Y que advertido de este reportaje por el mismo señor Mellado. Motivó a que su contestación frente a la llamada telefónica haya sido previamente planificada.

Nuestra llamada al señor Aris suscita un accionar defensivo de su parte. Quién nos ofrece, no amablemente, una futura reunión con sus abogados. Puesto que debe defender la inmunidad que estos cuatro años, y tal como lo repite una y otra vez, lo han mantenido exento de multas por parte de la inspección del trabajo. La sorpresa sin embargo no fue esa, como se creería, fue que ya estuviera en conocimiento de nuestro nombre y apellidos, al igual que otros datos personales. Apocando la investigación y amedrentándonos por escarbar donde no convenía y no se debía.

Cristian perfila como objetivo de su proyecto GDE, “brindarle ayuda a quien estudia”. Propósito que funciona con la naturaleza jurídica de un mandato. Que en principio es un contrato consensual que se cumple de buena fe. Pero por esencia estamos frente a un contrato. Tal como consigna el extracto del mandato que se muestra a continuación:

“…el Mandante, encarga a GDE, para que esta, en su representación proceda a organizar, gestionar, administrar, coordinar, reglamentar, proteger y tomar todas las medidas necesarias para ejecutar en forma efectiva y eficaz un sistema de turnos de empaque, en la cual participa activamente el mandante”

Las labores realizadas por el mandatario y en éste caso supervisor de local incluyen; esporádicamente contactar por teléfono al coordinador con el fin de enterarse que todo funcione correctamente. En caso de existir “carreros” como ocurre en Santa Isabel y no en LIDER, proveer a los empaques de una capa de agua en periodos de lluvias. Implementar un botiquín de primeros auxilios (no ocurre en todos los casos). Proporcionar a los empaques las vestimentas necesarias para ejecutar en forma efectiva el trabajo, previo pago de esta por parte del empaquetador. Recaudar semanalmente el dinero por concepto de cuota diaria que cobran a los trabajadores. En promedio un supervisor tiene a su cargo 20 establecimientos. GDE Concepción supervisa a Homecenter Sodimac, Supermercados Santa Isabel y LIDER.

No obstante, son los coordinadores quienes se encargan de gestionar nuevos cupos, administrar y organizar los turnos de forma efectiva, congratulándose y generando un buen ambiente laboral con el personal del estable del recinto comercial.

Aris es el segundo a nivel nacional que partió con el negocio de la administración de empaques, luego de S.O.E.U.S. (Sistema Organizado de Estudiantes Universitarios y Superiores) que maneja casi en su totalidad los supermercados de Santiago y Valparaíso. Cristian por su parte mantiene bajo su mandato a los de la octava y séptima región y algunos establecimientos en la capital, lugar donde reside.

“En el derecho privado se puede hacer todo lo que la ley no prohíba” comenta éste tranquilo amigo de Aris, quien conoce por dentro a GDE, al mismo tiempo que levanta las cejas y arruga las comisuras de sus labios.

El café con sabor a vainilla fue mi elección. Luego que amablemente nos invitará a uno para amenizar la fría tarde de invierno y acompañar la larga conversación que sabía, tenía que dedicar si quería hablar de Cristian Aris.

“El Cristián encontró lo que vulgarmente se conoce como `la gallina de los huevos de oro´. Vieron que el tema podía ser, pero en vez de dedicarse a perfeccionarlo y que fuera más amigable. Nos vamos al lucro, lucro, lucro, lucro…a muerte y hasta que la gallina muera o el limón se estruje y hasta que explote como va a pasar pronto cachai, por el tema de la ley y todo”. Resumiendo así el real escenario que durante estos últimos cuatro años ha sostenido con vida a GDE. Entre otras muchas cosas que entre líneas es posible leer del texto. Pidiendo a la vez relajadamente que resguardemos su identidad conformándonos sólo con su labor, supervisor de GDE.


III Parte: Alentador panorama

Se busca denuncia

“¡Necesitamos denuncias!, si no tenemos la denuncia no podemos actuar, si no podemos actuar no podemos constatar si existen o no, las condiciones mínimas para su contratación en virtud de las normas que establece el código del trabajo”. Dice Ana María Vallejos, abogada de la Dirección regional del trabajo. Algo molesta y con una incredibilidad comprensible, al parecer no percibe o no entiende como siguen con vida estas EST.

“Es insostenible que trabajadores de segunda o tercera clase deban pagar por servicios de administración que en definitiva no se cumplen a cabalidad”. Apunta a la vez que deja al descubierto sus conocimientos acerca de la situación que viven los empaques. “Porque es una tema que a uno lo alerta”, dice mientras mueve una y otra vez horizontalmente su cabeza, como sin comprender


El legislativo ausente

Frente a esto el panorama no es del todo desalentador. Sobre todo en el caso de Oscar Ilabaca Mansilla, que demandó por despido injustificado y cobro de prestaciones el 25 de noviembre de 2010 a Jumbo Administradora Norte S.A. y a Bow, Pérez y Pérez Ltda., ambos domiciliados en Avenida Argentina Nº 51, Valparaíso. El empleador involucrado que presta los servicios en el establecimiento es S.O.E.U.S. Ltda.

Los hechos no difieren de la situación general de los empaquetadores: un contrato de trabajo que se convino de manera verbal y por un plazo indefinido; jornada de trabajo de carácter parcial, de turnos de tres horas y media, tres días a la semana.

El día 4 de octubre de 2010, Oscar Ilabaca es despedido verbalmente invocando como causal un “atentado contra el sistema” al no estar de acuerdo en ocasiones con decisiones de la empresa. El fallo de la jueza Ximena Cárcamo, del Juzgado de Letras del Trabajo de Valparaíso, estableció que existe una relación laboral y declaró de “inaceptable” el cobro que se hace a estas personas por realizar su labor. Finalmente la indemnización ascendió a cerca de $1.800.000 por despido injustificado.


S.O.E.U.S. no se hace problemas

Sin embargo, este es uno de los tantos casos en que se ve involucrada S.O.E.U.S Ltda. El 29 de julio de 2010 se da fin a la demanda de Claudio Salas González que trabajaba en la sección de empaques del Homecenter de Viña del Mar. Despedido injustificadamente en el advenimiento se declara “sin reconocer los fundamentos de hecho y de derecho de la demanda, con el solo objeto de poner término al presente juicio, ofrece a pagar a la parte demandante la suma única y total de $180.000”.

Algo similar sucede con Neftalí Lorca y su hermano Sebastián Lorca, que también fueron despedidos injustificadamente del trabajo que empleaban en el supermercado Santa Isabel, ubicado en la comuna de Peñalolen. SOEUS Ltda. no complicó más las cosas y antes de que se iniciara el juicio prefirió pagar $1.500.000 a los susodichos.

Estos casos dieron a la luz los abusos que viven más de 30 mil empaquetadores día a día en su trabajo, lo que generó discusión en la Inspección del Trabajo y en los Tribunales de Justicia. Todo esto promovió la moción de un grupo de senadores de una ley que genere un contrato especial para los aludidos (Boletín Nº 5.983-13). “La razón fundamental de esta nueva propuesta está en que existe el peligro de que si se considera relación laboral la que existe entre el supermercado y el empaquetador cuando este último es un joven estudiante, un adulto mayor, o una persona con discapacidad, éstos arriesgan perder una serie de beneficios sociales que son incompatibles con percibir alguna remuneración o renta.”

La iniciativa busca: el derecho al uso de dependencia higiénicas similares a las de todos los trabajadores; evitar las extensas jornadas laborales y “topones” de horario con los estudios; el no pago de cotizaciones; la obligación de seguros en caso de accidentes y enfermedades; la existencia de dudosos intermediarios; el no considerar la propina como remuneración y/o renta; la no retención de dinero por prestar los servicios; el no cobro del uniforme y/o implementos de seguridad necesarios para el servicio, entre otras.


Sindicalizarse es defenderse

Ya va más de un año y medio en el que Miguel Altamirano (Presidente) y Tomás Alarcón (Vicepresidente) acumularon rabia y no aguantaron más los abusos y decidieron formar recientemente el Sindicato Inter-empresas de Trabajadores Empaquetadores de la Región del Bío Bío. Aclaran que esto debió realizarse en secreto debido a la represalias que efectúan las autoridades frente a cualquier alusión a la organización, cuestión que quedó en evidencia cuando se filtró la información y fueron echados del supermercado según relata Altamirano con una voz desalentadora “para mi realmente ese fue mi peor día laboral, porque fueron los supervisores de Cristián Aris y no tuvieron respeto por los clientes ni por los trabajadores. Nos sacaron a la fuerza y nos arrastraron hacia la puerta. Después los guardias no nos dejaban entrar a los supermercados y con Tomás nos preguntamos el porqué no nos dejaban entrar si es una empresa externa la que se está haciendo cargo de nosotros, y nos dimos cuenta que el supermercado con esta organización de empaques eran aliados”.

A pesar de esto, están empecinados en defender los derechos de los empaquetadores. “Las personas que trabajamos en esto no somos personas que trabajemos en una situación económica de grandes recursos, porque si nosotros trabajamos y estudiamos es porque lo necesitamos, lo que termina siendo la traba más grande, lo que genera el miedo a perder el trabajo porque saben cómo funciona la empresa” asegura Alarcón.

Los empaquetadores al momento de firmar el contrato el empleador no obtienen una copia íntegra al trabajador ni la posibilidad de tener éste. Es por eso que para constituir el sindicato “teníamos que llevar los contratos de los trabajadores, es decir, había que acreditar de alguna forma que estas personas que estaban ese día en la Inspección del Trabajo son empaques de supermercado. Entonces, la única posibilidad que en ese momento nos servía para lograr ese fin fue tomando declaración jurada de cada una de las personas” afirma Alarcón, que es prácticamente lo misma forma en que demostraron la relación laboral en los casos de empaquetadores que demandaron a SOEUS Ltda. En definitiva, todo parece apuntar al fin del feudalismo de estas “empresas de cartón” que lucran de la nada.

1 comentario:

  1. EXELENTE CON ESTO REUNIMOS MAS ANTECEDENTES Y AUNAMSO FUERZAS PARA LUCHAR , EN OSORNO.

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